Ayer, junto a mis amigos del holding, fuimos al Melocotón, un tranquilo sector ubicado en el Cajón del Maipo, a unos 50 kilómetros al sureste de Santiago. Tras una tarde de asado, piscina y cervezas, armamos los trípodes (para cámaras y celular) y un telescopio Soligor con la idea de observar las estrellas. Mi amigo Alvio es seco y a pesar que solo se había armado una vez antes (en Santiago Centro y sin manual) pudimos sacar adelante la tarea.
El esfuerzo valió la pena: el cielo nos regaló un espectáculo impresionante. Tuvimos la suerte de observar a Venus brillando intensamente casi poniéndose tras uno de los macizos montañosos hacia el oeste. Estas fotos son gracias a la espectacular cámara de Alvio.
También vimos a Saturno con su característico anillo a través del telescopio, aunque como estaba hacia Santiago costó tomar una buena foto.
Estebamos en eso cuando hubo un corte de luz. Gracias a eso fue fácil ver las misteriosas Nubes de Magallanes, dos galaxias enanas que se pueden ver en nuestro hemisferio en las noches sin luna.
Lo siguiente que pudimos ver fueron Las Pléyades: son un cúmulo de estrellas jóvenes que se encuentran en la constelación de Tauro.
También logramos ver la imponente constelación de Orión, con su cinturón tan fácilmente reconocible.
Fue una experiencia inolvidable que nos recordó la grandeza del cosmos cuando las luces de la ciudad se apagan.
Adelante estudios.
Que belleza, como hubiera disfrutafoo viendo esas maravillas