El equipo laico se coronó campeón de la Copa Chile ante 35 mil espectadores, culminando con un título un desempeño sobresaliente que lo llevó a pelear hasta el último partido del campeonato nacional y a clasificar nuevamente a competencias internacionales. Tras años de sufrimiento que solo nos llenaron de canas y pusieron a prueba nuestra resiliencia, por fin llegó la recompensa. Con referentes como Marcelo Díaz y Charles Aránguiz, y nuevos líderes como Leandro Fernández y Matías Zaldivia, los hinchas azules celebramos un merecido premio.
Desde lo futbolístico, el Estadio Nacional rugió con el gol de Charles Aránguiz a los 37 minutos, desatando la alegría de los hinchas. A los 59 minutos, Patricio Rubio marcó el empate, pero el gol fue anulado debido a una falta anterior de Manuel Rivera sobre Franco Calderón, dejando frustrada a la “longaniza mecánica”. Ñublense, lejos de mostrarse como un equipo chico, y a diferencia de lo mostrado en el torneo nacional, planteó un partido digno, complicando bastante en el segundo tiempo. Ya en los descuentos, Rubio fue expulsado, cerrando un partido muy emocionante.
Algo que me gustó es que esta vez el escenario si dejaba ver a la gente de Andes, no como otras veces donde quienes íbamos a esa parte del estadio no veíamos nada de lo que ocurría. Tras conquistar su sexta Copa Chile, la U se toma un merecido descanso antes de enfocarse en su próximo desafío: la Supercopa de Chile. En este torneo, se enfrentará a la contra en un Superclásico cuya fecha aún no ha sido confirmada pero se espera sea mediados de enero.
Adelante estudios.