Más de 35 mil hinchas vivimos un partido crucial para el conjunto laico, que tenía la obligación de ganar para mantener el liderato del torneo, y lo hizo con creces en una fría noche de viernes en el Estadio Nacional, dando inicio a la fecha 21 del Campeonato Nacional.
El encuentro inició con un emotivo minuto de silencio en memoria de Oscar Meléndez Severino, quién vistió la camiseta azul entre 1952 y 1956, siendo esta camiseta la única que defendió y ostentando el récord del gol más rápido en la historia de los superclásicos: tan solo a los 10 segundos de juego.
A solo 3 minutos de iniciado el encuentro, Ignacio Vásquez abrió el marcador con una definición precisa, tras una excelente jugada colectiva en ataque y una asistencia oportuna de Nicolás Guerra. Al minuto 18, Matías Zaldivia amplió la ventaja con un gol tras un balón aéreo bien pivotado por Israel Poblete.
Ya cerca del final del primer tiempo, el equipo volvió a golpear: Marcelo Morales comandó una jugada destacada que culminó con Nicolás Guerra enviando el balón al fondo de la red para el 3-0.
En la segunda mitad, el entrenador Gustavo Álvarez decidió mover el tablero, retirando a algunas de sus principales figuras como Matías Zaldivia, Marcelo Díaz y Charles Aránguiz. Aunque el ritmo del juego bajó, el equipo continuó dominando y sentenció el partido con un gol final en el minuto 89, cuando Maximiliano Guerrero conectó de cabeza un centro perfecto de Lucas Assadi, sellando el 4-0 definitivo.
Algo que me gustó personalmente es que varios de los jugadores de la U fueron a consolar a sus colegas de Cobreloa al final del partido, incluyendo al primo de Charles: Mario Sandoval
Adelante estudios.