La vuelta al triunfo en el Estadio Nacional ocurrió de la manera que todos esperábamos: sin una reja que me tapara la vista del partido. Y así fue, no gracias a los buitres de Azul Azul, sino porque me cambié de lugar después de insistentes mensajes a la única persona que la empresa designó para estos asuntos, conseguí un nuevo asiento que, aunque no sería del agrado de Sheldon Cooper, ofrece una calidad de imágenes mucho mejor que las que se pueden tomar con una reja delante.
En la premisa del partido, se hizo un pequeño homenaje a Francisca Crovetto Chadid y su reciente oro olimpico de esta mañana.
Ante 33.345 espectadores, la U demostró una mejora significativa en comparación con sus partidos anteriores: con varias jugadas que casi fueron goles en los primeros minutos, el gol del triunfo llegó recién en los descuentos, el equipo no bajó los brazos a pesar de que los minutos pasaban.
Por su parte, Deportes Copiapó hizo lo que cualquier otro equipo chico haría: dedicarse a hacer tiempo. Salvo Isaac Díaz, todos los dirigidos por Ivo Basay, al ser reemplazados, salieron perdiendo minutos valiosos. El arquero Richard Leyton hizo lo mismo, maniobra que le explotó en el rostro al final del partido cuando, desesperado, intentaba iniciar una jugada que llevase al empate que nunca llegó.
El gol surgió de una de las muchas llegadas de la U, que estuvo con un hombre más desde el minuto 62 debido a una doble tarjeta amarilla. Desde ese momento, el equipo laico estuvo apedreando el rancho por más de media hora (con un impresionante registro de 44 tiros totales, 12 al arco) hasta que finalmente llegó el gol de Franco Calderón, un gol que por fin pude grabar:
La próxima semana se nos viene el clásico, un partido de 6 puntos pues colocolito nos pisa los talones.
Adelante estudios.