El otro día cociné algo que creo que es una de mis comidas favoritas desde siempre: el clásico pollo alverjado (o arverjado como le decimos algunos que no sabemos tanto de español o arvejado según la construcción lógica de este puto idioma). Seguí parcialmente la receta de Álvaro Barrientos Montero, pero la adapté para la olla eléctrica que tengo en casa. No le puse vino y usé las mismas porciones. En lugar de dejar las arvejas al final y solo por unos pocos minutos, las cociné junto con el pollo durante 30 minutos.
Ingredientes:
- 250 gr de cebolla
- 150 gr de zanahoria
- 100 gr de pimentón
- 2 hojas de laurel
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada de orégano
- 1 cucharadita de comino
- 1 cucharada de aji de color
- 1 cucharada de sal
- Pimienta negra molida
- 8 trutos cortos de pollo
- agua hervida fria
- 200 gr de arvejas
Preparación:
Se saltean la zanahoria, el pimentón y la cebolla; cuando estén caramelizados, se agregan los condimentos y los trozos de pollo, cubriéndolos con agua fría. Finalmente, se añaden las arvejas y se cocina todo junto durante 30 minutos. Es realmente fácil, y si subo una receta así acá, es para que perdamos el miedo a la cocina.
Recuerdo con mucho cariño cuando era niño y mi abuelita Regina preparaba este almuerzo tan delicioso. La cocina se llenaba de aromas que me hacían sentir en casa así que repetí el mismo postre que ella solía hacer: duraznos con crema.
Adelante estudios.