Inauguración del libro “Guardianas del Calor”

Hoy presencié con orgullo la inauguración del libro “Guardianas del Calor”, escrito en conjunto por mi amiga Paz Araya en colaboración con Tamara Oyarzún. Este evento fue auspiciado por la Fundación Heinrich Böll, una organización política alemana que promueve valores como la ecología, los derechos humanos, el feminismo y la democracia. Además, contó con el respaldo de RedPe, una plataforma de colaboración transdisciplinaria que busca abordar los desafíos de la pobreza energética en Chile y América Latina.

Este libro aborda la situación de las personas en el sur de Chile que enfrentan condiciones de frío extremo en sus hogares durante la mayor parte del año. Estas condiciones surgen debido a limitaciones económicas que dificultan el acceso a calefacción adecuada y viviendas con aislamiento térmico suficiente. La falta de calor tiene un impacto negativo en la salud física y mental de las personas, especialmente en grupos vulnerables como los adultos mayores.

El libro propone abordar esta problemática desde una perspectiva centrada en las personas. Para ello, recoge testimonios de mujeres en comunas como Loncoche, Pitrufquén, Traiguén y Victoria, en La Araucanía, que utilizan diversas estrategias en sus hogares para proteger a sus familias del frío. Se reconoce la capacidad de estas personas para buscar soluciones y se valora el cuidado del calor como una respuesta significativa ante la privación de calefacción. Asimismo, se resalta la necesidad de considerar las injusticias estructurales que contribuyen a esta situación.

Durante la inauguración Paz Araya nos comentó que “Cuidar el calor físico del hogar es fundamental para mantener un ambiente calido y confortable, sin embargo en situaciones de pobreza energetica esta tarea se convierte en una responsabilidad con una alta demanda de recursos, tiempo y carga mental. Quienes cuidan la calidez del hogar adquieren conocimiento técnicos específicos, a partir de su experiencia e investigación en estas circunstancias, al mismo tiempo soportan la carga mental de formular estrategias que incluyan decisiones sobre cómo vestirse, dinámicas de califacción y mejoras de la vivienda”.

También nos deja una reflexión sobre las sociedades actuales: “Por un lado son parte de un sistema económico que depende del trabajo de cuidados invisibles y no remunerados que recaen principalmente en las mujeres. Cuando estas responsabilidades no se distribuyen equitativamente pueden afectar la salud mental de quienes las asumen, provocando momentos de ansiedad y angustia, especialmente cuando las condiciones sociales y materiales no permiten alcanzar este objetivo. Pero por otro lado, el cuidado mutuo refleja principios: de solidaridad, de resistencia, de autonomía, de creatividad, que son parte de construcciones de sociedades más justas.”