Figuraba acostado a las 8 de la noche, con el calienta-camas encendido cuando recordé que iba a ocurrir nuevamente un eclipse lunar. Costó bastante salir de la cama y ponerse un poncho para aguantar la fría noche santiaguina, pero valió completamente la pena.
A diferencia de otras veces donde solo he subido galerías de imágenes, tras hacer algunos difíciles cálculos que involucran geometría y astronomía avanzada (como el teorema de Thales y saber las distancias Tierra-Sol, Tierra Luna y los radios terrestres y lunares jaja) me di cuenta que estamos tan lejos del sol que la sombra tiene un radio igual al terrestre. Con eso, y trabajando a 10 kms por pixel, logré componer la siguiente imagen, donde la sombra terrestre se puede ver perfectamente a lo largo de tres momentos del eclipse.
Adelante estudios.