Durante los primeros años del milenio fue sumamente famoso un juego en el que un Yeti lanzaba a un pingüino y la gente competía para ver quién lanzaba más lejos al pingüino.
20 años más tarde, un par de buenos señores, llamados Hiroyuki Tajima y Fumiya Fujisawa escribieron un paper en el que hacen un estudio de un lanzamiento del pingüino distinto: Projectile Trajectory of Penguin’s Faeces and Rectal Pressure Revisited o como le digo yo: como el pinguinito hace caca sin congelarse los cachetes.
En 6 páginas con hermosas ilustraciones hacen un detallado estudio de cómo estas hermosas aves hacen su lanzamiento parabólico y un majestuoso cálculo de qué tan lejos uno debe estar para que no te caguen.
También modelan el estómago del pingüino, con el teorema de Bernoulli y la ecuación de flujo laminar estacionario (Hagen-Poiseuille), de manera de calcular la presión que define la velocidad inicial, para luego utilizar las ecuaciones de movimiento de Newton (primero sin y luego con roce) para obtener la distancia máxima del churrete en función de la altura.
Concluyendo que si uno está a una distancia mayor a 1.34 m para el caso de una velocidad inicial de 2 m/s a una altura de 2 m, se salva del procesado de pingüino. Más impresionantemente, si un ser humano tuviera la misma presión abdominal que un pingüino, su caca volaría 3m. (Sin embargo, en este momento, el estómago se rompe y el líquido se comporta como un fluido perfecto.)
Con ello queda demostrado que la caca de estos animales es sumamente importante, incluso es posible encontrar poblaciones de pingüinos desde el espacio gracias a su caca:
Agradecimientos a Coté que encontró este hermoso estudio.
Adelante estudios.