Esta cuarentena tiene cara de hereje y si eres como yo probablemente intentas tener fruta para aplanar la curva (?!) pero a veces nuestros tiempos no son los mismos y cuando ya te diste cuenta, nuestros viejos plátanos ya no es lo que eran… y esta receta es para ese momento.
Ingredientes:
- 200 g. de harina.
- 200 g. de mantequilla a temperatura ambiente o 150 ml de aceite de oliva.
- 3 plátanos maduros.
- 4 huevos.
- ½ cucharada de bicarbonato o 1 de polvos de hornear.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- 1 pizca de sal
- 100 g. de nueces picadas (opcionales)
- 100 ml. de leche entera
- Un molde de silicona donde hacer la magia.
Preparación:
Antes que nada, comentar que esta preparación debería llamarse queque de platano o algo así porque de pan no tiene mucho. Dicho esto, lo primero es aceitar el molde de silicona y lo más importante: usar un poquito de harina sobre el aceite de manera que quede así y les aseguro que jamás se va a pegar:
Luego tamizamos la harina para evitar impurezas. Se añade el polvo de hornear (o bicarbonato) y se revuelve. En esta preparación no usamos la mantequilla sino el aceite de oliva y lo mezclamos con la esencia de vainilla hasta que esté cremosa (o haces trampa y usas la mezcladora) incorporando los huevos uno a uno, junto con el harina+polvos, sin dejar de batir hasta tener una crema de bizcocho.
En paralelo se muelen los plátanos, agregando el azúcar y la leche. (En este caso solo usamos leche pues los plátanos eran suficientemente dulces). Se obtiene un puré de plátanos intentando que se noten algunos trozos de plátanos y se vierte esta mezcla en el molde donde se puede agregar nueces u otros frutos secos si nos gustan.
Horneamos el bizcocho en el horno precalentado a 180º C unos 40 minutos. Puede que dependa del horno, pero la idea es que si uno lo pincha el tenedor salga seco.
Sacamos del horno y dejamos enfriar.
Agradecimientos a Maria José por el modelaje y por la receta.
Adelante estudios.