Una de las cosas buenas de esta pandemia es que permite al usuario (?) de la cuarentena hacer mediciones frecuentes y constantes de eventos que serían imposibles de ver en un estilo de vida normal.
En particular, he observado meticulosamente los cambios de la planta que tengo afuera de mi casa. Esta es una aloe, pero no es la aloe vera común sino la que sobrepasa los poderes de la super aloe vera 1 y la más fuerte: la Aloe arborescens.
A lo largo del confinamiento he sido testigo de la floración, iniciando con el escapo floral (9 de abril), el que creció hasta el desarrollo de los primeros petalos (1 de mayo) y finalmente la llegada del primer colibrí (7 de mayo)
Esto me tiene sumamente contento pues podré hacer videos de colibríes en cámara lenta, desde mi casa como el siguiente:
Actualización: la planta ha seguido generando distintas flores con el mismo método explicado arriba:
Hasta alcanzar 17 flores! Las que al avanzar el invierno se han ido quedando sin sus colores a medida que los picaflores vienen a almorzar.
Además las visitas de la Aloe no solo son picaflores, sino también chercanes:
A quienes podemos oír en este video:
Actualización II: Además de la planta de Aloe, tenemos otra especie sudafricana en el patio y también hemos podido ver como florece: Strelitzia reginae (flor del pájaro). Esta planta muestra sus flores de otoño hasta la primavera avanzada y no antes de haber alcanzado los cinco años de edad.. En las fotos podemos ver cómo a lo largo del tiempo cada flor compuesta por un pétalo (azul) y dos sépalos (amarillos-naranjos) van saliendo de una en una desde la dura espata, empujando a la anterior flor hacia atrás.
Finalmente hemos sido testigos de un hecho inédito: la floración de un picaflor (!?)
Adelante estudios.