Imagino que todos quienes somos medios palurdos comparamos nuestra ciudad de origen con Macondo, pues existen un montón de cosas que solo pasan en pueblos chicos que cuando contamos en ciudades suenan completamente inverosímiles. Hoy les traigo la historia del cartero ciego de Santa Cruz.
Cuenta la historia que cerca de los años 50, lejos de los tiempos de los E-mails y Whatsapp, donde la única manera de comunicarse era por cartas, hubo un cartero ciego en Santa Cruz. Don Luiso retiraba cartas en el correo cerca de la plaza y las repartía en distintos domicilios. A pesar de su discapacidad, la gente de la época asegura que no se equivocaba al entregar sus cartas. Algunos niños le cantaban a medida que lo veían pasar. Años más tarde, el grupo Los De Ramón inmortalizaron dicha leyenda en la siguiente canción:
El cartero ciego de Santa Cruz
va por los caminos con ojos sin luz
los niños le cantan al verlo pasar
esta tonadita siguiendo el compás
la lá, la lá, pantruca salá
jo joy jo joy mañana me voy
la lá, la lá, pantruca salá
jo joy jo joy mañana me voy
El cartero ciego de Santa Cruz
lleva en las alforjas esperanza y luz
cartas de la amada carta de la abuela
y del niño triste que perdió una muela
Pasa al galopito de su tordillo
que la ruta diaria conoce al dedillo
con una ramita de sauce mimbrero
lo va fustigando como un mosquitero
Este fin de semana iba caminando por el pueblo cuando vi que su seudónimo lo lleva de nombre una la calle y tomé la siguiente foto:
No pasaron dos segundos de tomar la foto cuando un caballero que estaba en la casa de al lado se nos acercó, preguntando si nosotros sabíamos la historia, luego comentando que él había conocido a Don Luiso, que era uno de los niños de la canción, que cuando tenía 8 años le gritaba, por allá en el año 1952, “la lá, la lá, pantruca salá … ” cuando veía pasar al cartero y el les respondía “Chiquillo’h hostigosos!” y después nos entretuvo con otras historias de su niñez, hablando en un apenas entendible castellano, comentando que antes si llovía, no como ahora que no llueve nunca, como esa vez que se salió el río, que entró a la casa y que el quería ir a hacer pichi y se embarró todos los pies y le sacaron la cresta. Terrible inconexa la historia, pero les juro que es verdad.
Adelante estudios.