Hoy voy a hablarles de la Raza chilena. No de la que habla Checho Hirane, pero casi. Nicolás Palacios publicó en 1904, Raza chilena, obra en la que realizó una apología del pueblo chileno y condenó la adopción de modelos culturales extranjeros.
Nicolás Palacios nació en Santa Cruz el año 1854. Citando el prólogo de su libro: “fue un niño sano y muy rubio, cuyos bucles de oro conservó una de sus tías, mostrándolos, años después, a los que dudaban, viéndole su pelo negrísimo como el ala de un cóndor de nuestras montañas”. Esto ya nos dice un poco de este insigne santacruzano.
Don Nicolais. El color bronce no le hace justicia a su cabellera rubia y sus ojazos azules.
Él creia que la “Raza chilena” es mestiza y que se remonta por medio de los conquistadores españoles a los bárbaros rubios de Suecia. Les llamo Araucanos-goticos y proclamó que la raza chilena no es latina.
“No simpatizan con el chileno los pueblos latinos, porque no somos de la misma naturaleza y por lo mismo no nos comprenden”, e incluso va mas allá diciendo que “La embriaguez es un vicio que compartimos con la raza del norte de Europa, el meridional es sobrio”. Tras lo anterior, habla de los funestos resultados de mezclar la raza chilena con la latina y de como tanto el lado europeo como el lado araucano de la raza chilena son superiores a todos los aspectos, incluso defendiendo de la mala fama que autores han creado a los mapuches.
El carácter de un pueblo y no su inteligencia po. Da lo mismo que seamos weones, pero demosle.
El libro raza chilena se encuentra en Memoria Chilena y a pesar de haber sido influenciado por el evolucionismo de Darwin, sus tesis racistas tuvieron gran influencia en los intelectuales nacionalistas de la década siguiente. Años después, la tesis del origen godo de la población chilena fue utilizada por intelectuales ligados al nacional-socialismo criollo, que vieron en ella la demostración de que los chilenos participábamos de la supuesta superioridad de la raza aria por sobre los otros pueblos.
Arios locales.
Igual Palacios también defendió a los obreros de las salitreras, criticó los métodos de colonización en el sur y abogó por educación primaria gratuita. Así que tan conchesumadre no era.
Adelante estudios.
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