Durante esos calurosos días de Enero que tanto extrañamos con este frío recibí primero un mensaje y luego una llamada de la gente de CMR (o Falabella pa los amigos).
En dicho mensaje y utilizando un tono muy amigable me invitaban cordialmente a regularizar una deuda. Todo muy bonito salvo que yo no tengo ninguna deuda con ellos. Imagino que un tipo fue y dio mi numero, que tiene muchos números repetidos y se equivocó.
Hice lo que cualquiera de nosotros haría: preguntar en la buena onda, por las redes sociales a ver que sucede.
No vayan a trabajar con caña, jajaja
Uno imaginaría que con eso esto se acaba y listo, no pasa de una anécdota. Un mes más tarde me volvieron a contactar tanto por mensaje como llamadas.
TrueCaller, una gran aplicación para estos casos.
A pesar del tono amenazante, intenté resolver todo como gente civilizada. Fui a la sucursal, perdí mi tiempo y le pedí a una persona mirándola a los ojos que no me huevearan más. Pensé ilusamente que eso resolvería todo.
Gente feliz resolviendo sus problemas con CMR.
Selfie con los peores.
En fin. Paso más o menos un mes y nuevamente me contactaron. Pero ahora el tono ya no era tan amigable (?) como las veces anteriores e incluso irresponsablemente me entregaron información del personaje a quién tan infructuosamente intentan contactar.
Con una pequeña búsqueda en la siempre confiable, segura y discreta base del servel obtengo los datos del personaje.
(Imaginen mi risa al ver el apellido del susodicho, dada la situación)
Me da mucha lata. El tipo tiene cara de niño y ya está pal pico endeudado. La situación sigue iterando durante estos fríos meses.
Al menos los hueas ahora ya no me dan el rut completo.
Ya veremos como termina esta historia, ojalá que no se parapetee. Lejos de ser una historia aislada al compartir esto, se me comentó que a mucha gente le pasa que Falabella envía cosas mal:
Mail que le llego a una persona que no era Hernan Guzmán.
En fin. Al menos yo no vuelvo a comprar ninguna hueá más ahí.
Adelante estudios.