Comparto un estado de René, al cual adhiero completamente.
Septiembre es el mes más inestable anímicamente para el chileno promedio.
El primer ciclo de ánimo parte el 1, alegría porque se viene el 18 y porque se pasó agosto.
Pero para el 11, reviven las divisiones y tristezas inevitablemente. Se toca fondo y se vuelve a subir. Ya para el 17, el clima es de ansiedad y euforia porque se vienen las fiestas, llegando a tope el 18-19.
Pero para el 20-21, bruscamente ya se ha sucumbido a la apatía dolorosa de la resaca y la vuelta a la realidad.
Falta, eso sí, un ciclo final pero menor: ya para el 25, surge la esperanza de celebrar el 18 chico.
Pero para el 31 ya todos se quejan por las alergias…
Adelante estudios.