Durante el segundo semestre del 2010, solía usar uno de estos encendedores gigantes.
Puta que me han hueveado pa que ponga esta foto.
Era genial, puesto que cuando me pedían fuego siempre se podía comenzar una conversación a partir de lo ridículo del encendedor. Hasta que algo salió mal.
Un día, mientras salía del laboratorio (en el tercer piso, afuera de las salas de todos los profesores) dejé el encendedor en uno de los bolsillos de la camisa. El encendedor no cabía bien, así que se resbaló, cayendo al suelo, donde explotó, suficientemente fuerte para que el amigo que iba al lado pensara que estaban disparando y buscara refugio en las paredes, gritando improperios. Los trozos del encendedor volaron por los aires, recorriendo más de 10 metros en algunos casos.
Restos del encendedor, que en gas descanse.
Todos los profesores salieron de sus oficinas preguntándose que pasó y tuve que explicar uno a uno que tenía un encendedor gigante, que se me cayó, que puta que soy hueón y que el olor a gas que sentían era porque el encendedor tenia más de la mitad de su carga cuando explotó. Uno me llamo terrorista, riéndose de lo ingenioso de su comentario.
Al menos no se me reventó en el cuerpo, supongo que dolería bastante. Si algún día me contratan como terrorista voy a comprar 20 de estos, unirlos con un detonador y ya. O quizás no. Quien sabe.
Adelante estudios.
¡Hola! Saludos desde México. Que pena que se destruyó es encendedor, lo bueno que no se lastimaron. Te escribo por qué se nos cayó un encendedor igual al tuyo y es de mi sobrina. A ella se lo dieron de obsequio cuando estuvo por Uruguay. Tiene un valor sentimental. Así que yo quería armarlo de nuevo pero no sé que pongo mal o si le faltará algo a la pieza que tiene la mecha. No sé si puedas ayudarme con alguna idea de cómo rearmarlo ya que este no explotó. Solamente se desbarató.
Agradezco mucho si puedes atender mi comentario.